Lo básico es que el perro solo coma pienso seco, si nos acostumbráis a "caprichitos caseros", cada vez nos acostumbraremos más y después estaremos mal alimentados, ya que nosotros no tenemos el mismo metabolismo que vosotros y se pueden producir subidas de glucosa, exceso de calcio que se deposite donde no debe y más problemas.
Lo que se suele apreciar antes por los dueños y lo más común, es el sarro en los dientes.
Debemos de tener un horario, lo más rutinario posible en cada toma y siempre la misma cantidad, no importa que en la anterior no nos hayamos comido todo, siempre hay que poner la misma cantidad.
La comida hay que retirarla al rato de ponerla, cuando perdemos interés, si la dejáis sabremos que podemos comer a cualquier hora y nos pasaremos todo el día picando y haciendo la digestión sin dejar reposo, eson nos causará problemas gástricos.
Además que depende de la calidad del pienso, se van perdiendo propiedades a medida que pasa el tiempo en contacto con la luz, al final de día las vitaminas que suelen suplementar el pienso júnior se han perdido (al igual que un zumo de naranja natural que recién hecho por la mañana lo dejamos todo el día en la cocina y pierde propiedades).
Nunca hay que sumar la toma siguiente con el resto de la anterior, hay que poner la misma cantidad en cada una.
En los envases de los fabricantes vienen las cantidades que debemos de comer, traen un cuadrante lateral donde se indica por tamaño y edad los gramos que debemos de consumir al día, esa será la cantidad total, así que hay que dividirla en tres al principio, después en dos, cuando el cachorro cumple 5 meses.
Debemos de comer pienso de cachorro hasta el primer año de vida, porque son más altos en proteínas y complejos vitamínicos, pero si lo mantenéis de adultos, podemos caer en la obesidad, porque al no estar creciendo necesitamos menos proteínas. Nuestro metabolismo cambia al hacernos adultos, nos tranquilizamos y gastamos menos energía.
Cuando somos adultos podemos comer una sola vez al día, aunque si somos de raza pequeña o mediana es mejor que sean dos veces al día.
Lo que se suele apreciar antes por los dueños y lo más común, es el sarro en los dientes.
Debemos de tener un horario, lo más rutinario posible en cada toma y siempre la misma cantidad, no importa que en la anterior no nos hayamos comido todo, siempre hay que poner la misma cantidad.
La comida hay que retirarla al rato de ponerla, cuando perdemos interés, si la dejáis sabremos que podemos comer a cualquier hora y nos pasaremos todo el día picando y haciendo la digestión sin dejar reposo, eson nos causará problemas gástricos.
Además que depende de la calidad del pienso, se van perdiendo propiedades a medida que pasa el tiempo en contacto con la luz, al final de día las vitaminas que suelen suplementar el pienso júnior se han perdido (al igual que un zumo de naranja natural que recién hecho por la mañana lo dejamos todo el día en la cocina y pierde propiedades).
Nunca hay que sumar la toma siguiente con el resto de la anterior, hay que poner la misma cantidad en cada una.
En los envases de los fabricantes vienen las cantidades que debemos de comer, traen un cuadrante lateral donde se indica por tamaño y edad los gramos que debemos de consumir al día, esa será la cantidad total, así que hay que dividirla en tres al principio, después en dos, cuando el cachorro cumple 5 meses.
Debemos de comer pienso de cachorro hasta el primer año de vida, porque son más altos en proteínas y complejos vitamínicos, pero si lo mantenéis de adultos, podemos caer en la obesidad, porque al no estar creciendo necesitamos menos proteínas. Nuestro metabolismo cambia al hacernos adultos, nos tranquilizamos y gastamos menos energía.
Cuando somos adultos podemos comer una sola vez al día, aunque si somos de raza pequeña o mediana es mejor que sean dos veces al día.
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